El contrabajo es el instrumento más grave de la familia de cuerda frotada y, a pesar de ello, a veces su registro puede quedarse corto a la hora de interpretar obras cuyas notas sobrepasen el mi grave, la cuarta cuerda y última del instrumento. Esto ocurre sobre todo en la música orquestal, principalmente a partir del Romanticismo, pero sobre todo en la música del siglo xx y hasta nuestros días, coincidiendo, además, con una época en la que ocurrieron grandes avances y mejoras en cuanto a la construcción de instrumentos; en el caso del contrabajo, algunas de ellas fueron la invención de la extensión. Más adelante, coincidiendo con la estandarización del contrabajo durante el siglo xx (Almenara 2007), se asistirá a la llegada de los contrabajos modernos de cinco cuerdas, bastante utilizados en las orquestas sinfónicas actuales.

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